Y una vez la Cruz de guía ha atravesado el dintel, comienza a catequizar a los primeros vecinos del Barrio de la Pastora, Nuestro Padre Jesús levanta la voz hablando al padre y diciendo “que pase de mi este cáliz”, en ese mismo instante una mano fuerte y fiel agarrada al llamador, da tres toques y comienza la oración de todo un grupo de hermanos costaleros afanados por cumplir un año más con el andar del gran Misterio que sobre sus hombros portan.
Anteriormente han cruzado el quicio dos filas de enormes corazones pequeños, haciendo ver al pueblo que la intención y la tradición pueden ir de la mano, para que vestidos de penitentes, monaguillos con alba y capelina, y acompañados de sus paveras, vayan mostrando y regalando al pueblo las imágenes de nuestros titulares canastilla en mano.
Igualmente esa primera escuadra comienza su andadura vara en mano, bandera de escuadra y Cruz alzada bañada de cárdeno, escoltada por luz cerrada en sus faroles y vestida de dalmáticas, a enseñar a todo el pueblo la intención de este Misterio. “La Resignación”.
Caminemos reconfortados por nuestro ángel.
Caminemos juntos, y junto al árbol que acompañó a Jesús esa noche.
Caminemos juntos con nuestra Agonía para seguir a Jesús
Caminemos portando las hojas del olivo que sirvieron a Moisés para saber que las aguas bajaban.
Caminemos bajo los sones de la banda para cumplir la palabra del Padre.
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