Nos dice Benedicto XVI en el mensaje para esta Cuaresma 2013:
La celebración de la Cuaresma, en
el marco del Año de la Fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre
la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y
el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino
de entrega a Dios y a los demás.
La fe es conocer la verdad y adherirse a ella;
la caridad es caminar en la verdad. Con la fe se entra en la amistad con el
Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad. La fe nos hace acoger
el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en
práctica.
La Cuaresma es el tiempo
litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta
de la Pascua. Es tiempo de arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo
para ser mejores y poder vivir más cerca
de Cristo.
La duración de la Cuaresma esta
basada en el símbolo del número Cuarenta en la Biblia. Se habla de los 40 días
del diluvio, de los 40 años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los 40 días de Moisés y
de Elías en la montaña, de los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar
su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los Judíos en
Egipto. Data del siglo IV cuando se da
la tendencia para constituirla como tiempo de penitencia y de renovación con la
práctica del ayuno y de la abstinencia.
Valgan nuestras imágenes vestidas
con el terno Hebreo para simbolizar los 40 días en los que tendremos que pensar, recapacitar y
darnos a la penitencia para afrontar la celebración de la Pascua es decir el paso que Jesucristo dio para subir
a los cielos.
En este año instituido con
Benedicto XVI como el año de la Fe, es cuando tenemos que acentuar y
profundizar mas en este periodo penitencial de la Cuaresma.
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