Es tiempo de Cuaresma, comenzamos a desdoblar y airear las túnicas, viendo si las mucetas nos van bien, si el capirote que el año pasado se estropeó esta en condiciones para poderlo arreglar para este año, y si no haciendo uno de malla; preguntando por las papeletas de sitio, cobrando y pagando recibos, en fin, un sin fin de tareas preparatorias para la Semana Mayor.
Pero este periodo ni es eso, ni tampoco es solo eso. Es tiempo de Reflexión, de sencillez, de recogimiento y sobre todo preparatorio para el Gran Paso de la Cristiandad, la RESURRECCION, comienzo real de una etapa para la Humanidad esperanzadora, con el único objetivo de seguir los pasos emprendidos por nuestro Señor Jesucristo.
Y precisamente Él, Nuestro Señor Jesucristo, en su advocación de la Agonía del Huerto; de rodillas, con la vista elevada al cielo y resignado, también se prepara, “y nunca mejor dicho”, para su Pasión, Muerte y Resurrección. Y como no, como desde hace años viene haciendo Nuestra querida Hermandad, preparamos la Imagen de Nuestro Señor, con ropajes sencillos, siendo la única imagen de Cristo, que en nuestra ciudad es ataviada con este terno para esta etapa litúrgica y preparatoria.