El edificio, que había sido un convento de Capuchinos fundado en el año 1645 por el caballero de Alcántara don Alonso de Valenzuela Pérez Serrano, ascendiente de D. José María Valenzuela y Lassus, está situado al Nordeste de la ciudad, y por entonces ocupaba junto con los patios, jardín y huerta, una superficie de mas de 15000 metros cuadrados.
De todo ello se incautó el Ayuntamiento de Andújar al ser suprimido y desamortizado dicho convento el 5 de Septiembre de 1835, lo cual obligó a los Capuchinos a abandonarlo. Pero el Señor Marqués, que por herencia de sus antepasados tenía derecho sobre él y sus rentas, apremiando su devolución en la Corte, consiguió que se le devolviera por Real Decreto de 25 de marzo de 1845 durante el Reinado de S.M la Reina Isabel II, y por la bondad que tenía lo prestó para alojamiento de pobres, gitanos y vagabundos, quienes lo redujeron en poco tiempo a tal estado de deterioro que tuvieron que dejarlo. Así se encontraba el exconvento cuando los Misioneros de S. Vicente lo recibieron.
No sufrió tanto el Templo. Este, aunque sobrio en su conjunto, es bello, de estilo renacentista. Sus adornos y decorados están hechos con tanto gusto y sencillez que en aquella época era dificil de ver. Presenta la forma de curz latina, aunque algo irregular, pues el ábside es mas largo que los brazos de la cruz. Mide 21.80 metros de largo por 6.90 de ancho. Su pavimento en aquel tiempo era de baldosión andaluz de fuertes colores. Contaba con siete altares y toda la pared tenía un relieve cuya altura era de 1,60 metros.
En posteriores entradas seguiremos indagando como era la Parroquia, la Fundación, la Hermandad, y todo lo que nos reune como hermanos y parroquianos de esta Hermandad y Parroquia.
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