PORTICO DE CUARESMA

Esta pudiera ser la expresión que a los hermanos cofrades nos hace pensar que está próxima la Semana en la que tanto Jesucristo se acerca a su muerte y Resurrección, como nosotros nos enfrentamos a catequizar públicamente todos sus pasajes.

Comenzando la Cuaresma, dejando a don carnal a un lado, haciendo la señal de la Cruz, el Miércoles próximo con la ceniza  que dejaron la quema de las ramas de olivo del Domingo de Ramos pasado y adentrando y comenzando este periodo, hay una tradición que desde los años 20 del siglo pasado llevan a cabo todas las cofradías que tienen por costumbre utilizar todos los Ternos del año Litúrgico.

 

Hebreo término que se dice del  antiguo pueblo semita del Próximo Oriente siendo ancestros de los israelitas y judíos, se asientan en Mesopotamia, este termino se utiliza igualmente para designar a los Israelitas posterior a la conquista de la tierra  de Canaán.

En nuestros días ataviamos a nuestras imágenes de esta forma desde los comienzos del S.XIX probablemente por la escasez de lujosos ropajes en dicha época. Juan Carrero en su diccionario de Semana Santa dice: es la forma de vestir a las Dolorosas cuando llega Cuaresma, con ropas de telas lisas de raso de algodón en rojo para la saya y azul para el manto, tocado de tul blanco y cíngulo listado de vivos colores, y halo o diademas de estrellas, como se refleja en esta escena.

La denominación que se le da hoy pudiera estar equivocada, porque irían más vestidas de palestinas que de hebreas, ya que el Shador o paño que cubre la cabeza no era propio de aquella época.

Aun así es bonito despojar a todas las imágenes de grandes bordados y joyas para ver realmente la belleza en la simplicidad de los ropajes. De esta forma Ntra. Sra. De los Dolores y Ntro. Padre Jesús en su Agonía del Huerto se presenta este año ante todos sus hermanos con trajes diferentes a años pasados, haciendo que nuestra Dolorosa muestre este año los atributos propios junto con un amplio y sencillo sudario. Vemos también como nuestra querida hermandad atavía a nuestro Cristo con dichas vestimentas, siendo uno de las pocas imágenes que cumplen con este terno.